TEMA: EN BOCA EN CERRADA NO ENTRAN MOSCAS
Un joven abogado, acabado de graduar del colegio de leyes y comenzando su primer día en el trabajo, se sentó en la comodidad de su nueva oficina dando un gran suspiro de satisfacción.
Había trabajado duro por mucho tiempo para saborear ese momento.
Entonces, notando un posible cliente que se acercaba a su puerta, comenzó a parecer ocupado y enérgico. Abrió su libreta tamaño legal y con su pluma de escribir en mano, tomó el teléfono, lo sujetó con su barbilla, y comenzó a escribir con rapidez mientas fingía que hablaba con alguien importante diciendo:
-Mira Larry, en cuanto a ese trato de fusión, pienso que mejor me llego a la factoría y lo manejo de manera personal. Sí. No, No pienso que tres millones de dólares lo logren. Mejor hagamos que Smith, de Los Ángeles, se reúna con nosotros allí. Ok, Está bien. Te llamo más tarde.
Colgando el teléfono, colocó la pluma en el escritorio, levantó la mirada a su visitante, se puso de pie, le extendió su mano y le dijo con la voz más cortés y llena de confianza que tenía como abogado:
-Buenos días. ¿Cómo puedo ayudarlo?
El posible cliente respondió: -En realidad, solo estoy aquí para conectar su teléfono.
Hay un viejo adagio que dice, “En boca cerrada, no entran moscas”. Es ocasiones lo mejor es, ¡mantener tu boca cerrada!
Proverbios 10:19 dice: En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Es decir que el hombre o la mujer parlanchina son susceptibles de ser imprudentes en cualquier momento de su vida. La mayoría de las veces es mejor guardar silencio.
Proverbios 13:3 tambien nos advierte sobre esto: El que guarda su boca guarda su alma;
Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad. Un consejo importante, cuando estemos conversando con alguien es recomendable no hablar tanto de nosotros mismos, incluso a veces agregamos la frase: “la gloria sea para Dios”, lo cual es una muestra de que estamos hablando demasiado y sentimos que estamos tomando la gloria.
Proverbios 14:23 dice: En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. Mucha gente constantemente profieren palabras vanas, eso incluyen chistes y cuento de doble sentido. Además de contantes maldiciones a cualquier asunto o persona. Todos esos son palabras vanas, y lo que hacen es empobrecer y reducir nuestra calidad como personas.
Recordemos siempre: hay que ser prudente a la hora de hablar. Y nunca trate de polarizar una conversación hablando de usted o de sus hazañas, eso no es bueno.
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