La Biblia presenta varias preguntas que muchas personas se hacen: “¿Descubrirás tu los secretos de Dios? ¿Llegaras tu a la perfección del Todopoderoso?” (Job 11:7). Claro que estas preguntas deben ser contestadas por nosotros con un NO. Por más esfuerzos que podamos realizar como humanos, jamás podremos comprender a Dios, pues el hombre finito no puede comprender al Infinito.
Una de las formas en la cual podemos conocer el Ser de Dios es cuando Él se Revela a si mismo en su naturaleza y características; es ahí cuando podemos obtener algún conocimiento de su Ser divino. Por tanto, lo que ha revelado de si mismo es preciso, pero es solo una revelación parcial de su ser.
También podemos conocer a Dios al entrar Él en relaciones con nosotros. Obtenemos nuestro conocimiento de Él por el estudio de su naturaleza y características, ya que estas revelan aspectos de su Ser. Para obtener un conocimiento completamente fidedigno de la naturaleza y las características divinas, debemos comenzar con el estudio de la revelación de Dios de si mismo en las Escrituras. Aunque podamos obtener algún conocimiento general de Dios al contemplar sus obras en la naturaleza, como lo señala Romanos 1:20 “porque las cosas de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”; sin embargo, hemos de volvernos a la Palabra de Dios para recibir una comprensión de su naturaleza y características.
LA NATURALEZA DE DIOS.
Vamos a hablar acerca de la naturaleza de Dios. Su existencia.
En medio de la negación, de muchos ateos, acerca de la existencia de Dios, hay que considerar aspectos interesantísimos sobre la naturaleza de Dios. Por ejemplo. Al estudiar los científicos los elementos de la sangre, descubren que se compone de diferentes sustancias y pequeñas partículas que cumplen funciones separadas en el sostenimiento de la vida. Ese complejo líquido es bombeado para que circule a través de una complicada red de conductos, todo el día y toda la noche, por una maquina muy potente (el corazón) que descansa después de cada movimiento. La sangre es la vida misma del cuerpo. Le lleva oxigeno y alimento a cada parte del cuerpo. Combate gérmenes que pudieran invadir el cuerpo y le ayuda a este a eliminar los desechos. Para hacerlo se necesita la cooperación de los pulmones, los riñones y otros órganos, incluso el corazón mismo.
Este es un solo ejemplo de los muchos sistemas biológicos altamente organizados que hacen posible la vida. De seguro solo un Ser de grande poder e inteligencia pudo haber creado todo esto. Esto no se crea al azar, de manera fortuita. ¿Quién es ese Ser? ¿Qué sabemos acerca de Él?
DIOS ES UN SER PERSONAL.
Lo primero que debemos destacar es que Dios es un ser personal, es decir, destacar y describir las cualidades de la personalidad que se ven en Dios.
Si le preguntara sobre las partes esenciales de una persona, quizás alguien respondiera: bueno, las partes de una persona son los brazos, su voz, sus ojos. Sin embargo, cuando hablamos de una persona no hablamos simplemente de un cuerpo. Una persona es aquella que tiene la capacidad de pensar, sentir y decidir.
Aunque Dios no tiene cuerpo, tiene inteligencia, y la capacidad de pensar, sentir y razonar. La Biblia revela que Él se comunica con los seres humanos (Salmos 25.14) y la manera en que estos responden le afecta (Isaías 25:14). Dios piensa (Isaías 55:8) y toma decisiones (Génesis 2:18). Todas estas son características de un ser personal. Por tanto Dios es un Ser personal.
El modelo original de personalidad se encuentra en Dios, no en el hombre. La personalidad del hombre es solo una copia, recordemos que Dios lo hizo a su imagen y semejanza, y aunque tiene rasgos similares, no es idéntica a la de Dios. De modo que lo que en la personalidad del hombre es imperfecto, en la de Dios es toda perfección.
Por ser Dios una persona, hay que estar consciente de que Dios esta interesado en los asuntos humanos y se relaciona con nosotros de manera personal.
DIOS ES ESPIRITU.
Ya hemos enseñado que Dios es una persona, porque piensa, siente y decide o tiene voluntad. Ahora bien, conforme a las enseñanzas bíblicas, Dios no tiene forma alguna porque es espíritu (Juan 4:24) y un espíritu es invisible. En Juan 1:18 dice que “a Dios nadie le vio jamás”.
Dios es espíritu. En una frase se declara lo que es Dios. Pero a fin de comprender esta declaración debemos considerar lo que significa que es espíritu. ¿Qué implica la calidad de ser espíritu? No es fácil explicar este concepto. Como ya declaramos, la Biblia presenta una revelación parcial de la naturaleza de Dios. Al tratar de describir su naturaleza espiritual, usaremos los siguientes términos:
1. Dios posee un ser singular, sustancial distinto del mundo. Ser singular significa ser único. Ser sustancial significa tener sustancia, o una naturaleza esencial, tener esencia. Ambos vocablos se refieren a todas las cualidades o atributos que componen su naturaleza de Dios mismo.
2. Dios es invisible. Es decir, inmaterial y que no se compone de partes. Ya dijimos que Dios tiene sustancia, pero no una sustancia material. No se compone de materia, como nosotros. Dios es una sustancia espiritual. Jesús dijo en Lucas 24:39b: “Un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”. Como Dios es espíritu en el sentido estricto de la palabra, debemos entender que no tiene las limitaciones en las que pensamos cuando nos referimos a un ser humano. No tiene ninguna de las propiedades o características que pertenecen a la materia. Pablo lo describe como el Rey de los siglos, inmortal, invisible (1 Timoteo 1:17) y como “Rey de reyes y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver” (1 Timoteo 6:15-16).
Quizás hayan quienes se pregunten: ¿Si Dios es espíritu e invisible, como me explicas el relato de que Moisés vio a Dios? Moisés y otros hombres de Dios, en algunos casos, vieron las reflexiones de la gloria de Dios, pero no su esencia. En otros casos se revela que el espíritu puede ser manifestado en forma visible. Dios es capaz de revelarse a través de una manifestación física. Eso fue lo que ocurrió cuando el Espíritu Santo descendió en forma de paloma sobre Jesús, para que Juan pudiera entender la identidad de aquel a quien bautizaría con el Espíritu Santo. En el ejemplo de Éxodo 33, Moisés también necesitaba la seguridad divina al confrontar la tarea de liderato que Dios le había dado; por tanto, Dios le dio una señal física.
Otra cuestión importante. Salmos 98 se refiere a Dios como "su diestra y su santo brazo”. Salmos 99:5 habla de postrarse “ante el estrado de sus pies”; Salmos 91 habla de “sus plumas” y de “sus alas”. Es decir que la Biblia menciona las manos, los pies, los oídos, la boca, la nariz o el rostro de Dios. Y también lo menciona haciendo algo que podría hacer un ser humano. Al respecto debemos decir que debido a que se nos dificulta en realidad comprender la esencia de Dios, Él inspiro a los escritores bíblicos para que explicaran los conceptos con objetos que nos son familiares y para aplicar a Dios algunas de sus características. De esta manera comprendemos un poco lo desconocido por medio de lo conocido. En este caso, se dice que empleamos lenguaje figurativo. La idea no se toma en forma literal, ni como hecho, sino como símbolo para representar un concepto dado.
DIOS ES UNO. Continuara la proxima semana (domingo 30 de agosto)