Cuando hablamos del término o el vocablo INTEGRIDAD, entendemos que se refiere a rectitud, seriedad, entereza, entre muchos otros términos lacónicos o fáciles de entender la acepción o el significado de dicha palabra.
Según algunas enciclopedias, el concepto de integridad, proviene del término latino integritas, refiriéndose a la cualidad de íntegro y a la pureza de las vírgenes. Lo integro es algo que no carece de ninguna de sus partes, que es completo; dicho de una persona, hace referencia a alguien recto, probo e intachable.
Puede hablarse, por ejemplo de la integridad moral, a ella nos referimos, puesto que se podría hablar de integridad física, integridad de datos, integridad referencial, entre otras; sin embargo, claramente nos referimos a la integridad moral de la persona: a aquella cualidad o capacidad que tiene el ser humano para decidir sobre su comportamiento por si mismo, sus comportamientos, creencias y formas de actuar.
Quisiera pedirles que abran sus Biblias y leer versículos o textos claves que hablen de la integridad el hombre o la mujer de Dios, es fácil buscar referencias importantes acerca personajes íntegros, personajes de gran carácter y pureza moral; no existe ninguna otra fuente literaria, como las Sagradas Escrituras, donde encontrar personas con tales condiciones morales y espirituales.
Las Sagradas Escrituras contienen muchas de referencias a la integridad, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento; nos sentimos motivados a hablar de Abel, descrito como un hombre justo. De José, el prócer de la integridad. De David, considerado conforme al Corazón de Dios, de quien leemos en Salmos 78:70-72 "los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos". Josué, un hombre que se vio obligado a ser integro para completar una gran tarea designada por Dios, y quizás uno de los principales modelos de este evento, pues en él se puede hablar concretamente de una persona VIP.
Hay versos y episodios que hablan directamente de la integridad; no obstante, en el primer capítulo del libro de Josué vemos grandes instrucciones que lo son dadas, conjuntamente con las grandes y ambiciosas promesas; pero también observamos un gran llamado a la integridad como condicionante de todas esas ambiciosas promesas.
En Josué 1:4-5, Jehová Dios le concede autoridad y poder para lograr una misión: Autoridad que no es más que la facultad o potestad de mandar y hacerse obedecer. Y poder, que es el dominio y jurisdicción para ejecutar, fuerza, vigor y capacidad. Con la autoridad, Josué se atreve, se lanza. Con el poder, Josué domina.
Sin embargo, esas facultades y todas esas ambiciosas bendiciones están supeditadas a la INTEGRIDAD. Dios condiciona todo lo prometido a la forma de él comportarse, a la forma de Josué actuar.
Josué 1:7-8 dice: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
Dios contradice lo que mucha gente cree, que la prosperidad y el éxito provienen de tener poder, contactos personales y un inexorable deseo de avanzar. Pero la estrategia para el éxito que Dios le enseñó a Josué era que para prosperar debía de obedecer la ley de Dios.
La integridad no se mide por grados, o tienes integridad o no tienes integridad. La integridad es mucho más que un buen testimonio, que una buena fama, la integridad consiste en una vida intachable, tanto en público, como en privado. Es fácil mostrar una conducta intachable cuando las luces están enfocadas sobre nosotros y los demás nos están mirando. Pero ¿qué sucede con nuestras acciones cuando nadie está a nuestro alrededor? ¿Acaso soy la misma persona en todas partes? ¿Mis palabras y mis obras coinciden?
Un joven con integridad no tiene una duplicidad de vida, no divide su lealtad, ni finge ser de otra manera (eso es hipocresía). La gente con integridad es gente completa; puede identificarse por tener una sola manera de pensar. Las personas con integridad no tienen nada que esconder ni nada que temer. La integridad no es tanto lo que hacemos sino lo que somos, y lo que somos, a su vez, determina lo que hacemos.
A eso se refiere Santiago 1:22 a que seamos "hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándonos a nosotros mismos".
Proverbios 10:9 dice: "El que camina en integridad anda confiado; más el que pervierte sus caminos será quebrantado". Una persona de integridad tendrá una buena reputación y no tendrá temor de ser expuesta o descubierta. La integridad brinda un camino seguro a través de la vida.
Josué tenía que poner en primer plano las leyes divinas, no podía amar a Dios y amar al mundo, debía ser integro en todos sus caminos, no en unos si y otros no. Josué no debía regirse conforme a las circunstancias, Josué debía regirse única y exclusivamente a las ordenanzas de Dios, a lo recto.
La Biblia hace un llamado en 1 Timoteo 4:12 “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”.
Ese es otro modelo de integridad, ser completo en nuestro accionar en:
PALABRA ¿Cuál es la palabra que habita en tu boca? ¿Cuál es tu vocabulario? ¿Para qué usas la palabra, para construir o destruir? Efes. 4:29, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”; Efes. 5:4, “ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias”; Col. 4:6, “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.
CONDUCTA: Que el comportamiento, costumbres y hábitos, concuerde con la profesión de fe. No se refiere sólo a la conducta el domingo, sino a la conducta diaria. En esto somos la sal de la tierra y la luz del mundo. 2 Cor. 3:2, “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres”. Así es la vida y conducta del cristiano. Somos como un documento público, conocido y leído por todos los que nos rodean.
¿A través de tu conducta muchos exaltan el nombre de Dios? ¿Cómo es tu conducta en los lugares o ambientes en que interactúas?
AMOR: El joven cristiano debe amar a los demás, mostrar amor. 2 Cor. 8:24, “mostrad, pues, vuestro amor”. El amor es conocido por lo que hace. Tiene que ser mostrado.
ESPÍRITU: 1 Ped. 3:4, “espíritu afable y apacible.
FE. Incluye fidelidad.
PUREZA: 2 Tim. 2:22, “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”.
CONCLUSIÓN:
Independientemente de lo que podamos hacer, de lo que podamos lograr o alcanzar en la vida. Todos los éxitos del mundo: si en nuestras vidas no hay integridad, nada hemos ganado. La Biblia pregunta: ¿Quién subirá el monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar Santo? Y ella misma responde: “el limpio de manos y puro de corazón, el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová y justicia del Dios de salvación”.
De ahí podemos destacar dos rasgos importantes de la integridad: La honestidad y la Confiabilidad.
HONESTIDAD: es comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad (decir la verdad), de acuerdo con los valores de verdad y justicia. Se trata de vivir de acuerdo a como se piensa y se siente. Limpio de manos y puro de corazón. Habla la verdad, no es hipócrita.
CONFIABILIDAD. Otra rasgo importante porque confiable permanece fiel a sus principios, sin importar las consecuencias. Una persona de integridad se da cuenta de que hay absolutos morales aun en un mundo de valores relativos. No ha elevado su alma a cosas vanas, es decir no ha cambiado sus principios por las cosas del mundo. Prefiere ser enemigo del mundo y amigo de Dios, antes que ser amigo del mundo y enemigo de Dios.
Se integro, siempre. El poder y la valentía de Josué no servirían de nada si él no hubiese hecho caso a la Palabra de Dios, si no hubiese sido iintegro en su caminar.
• ¿Quieres ser un joven de poder en el cual se manifieste el poder de Dios? Se íntegro (a).
• ¿Quieres ser valiente en todas las circunstancias de la vida? se íntegro (a).
• ¿Quieres ser un o una joven bendecido (a)? Se iintegro (a).
La integridad es el ingrediente más importante para el ser humano, sin integridad nadie se irá con el Señor en el arrebatamiento de la iglesia. Sin santidad nadie verá al Señor.
Esta conferencia fue dictada en el Campamento Regional Este de los Embajadores de Cristo con el tema GENERACION VIP.
0 Reacciones:
Publicar un comentario